MATERIAL EXPUESTO SOLO PARA LECTURA [No se autoriza la reproducción parcial o total de la entrevista a Alberto Pousa Torres].
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Autora: Rosa Matilde Jiménez Cortés
“Entre Tú y Yo”: Alberto Pousa Torres (España)
EntreVistArtista: ¿Existe una relación de matrimonio entre el filósofo y el artista al momento de verse uno ante el otro, en el espejo que separa la mirada fría de lo racional y el goce del instinto plasmado?
E.V.A: ¿Qué tan cercana es la relación entre arte y filosofía, y en qué momento dicha aproximación puede convertirse en un punto conflictivo, derive en tergiversaciones existenciales si no se repara oportunamente en aquellas fisuras (he de suponer), cuando se ha pasado mucho tiempo una en el espacio de la otra?
APT: Ahora, y perdona que insista en Nietzsche, tal vez nos corresponda no tanto afanarnos en seguir " pensando con justeza", como en tratar de "sentir con justeza", esa fisura que existe cuando se ha pasado mucho tiempo una en el espacio de la otra. Se trata pues de volver, a mi entender, de aprender el difícil arte del sentimiento justo.
E.V.A: Si el artista ve y el filósofo piensa, ¿eso quiere decir que el primero solamente hace uso de su instinto al momento de crear, mientras que el segundo razona desprovisto de emociones o sentimientos?
APT: Se afirma que, hoy, cuando el orden de las cosas se halla disciplinado por una razón técnica, esa que el artista ve y el filósofo piensa, abrazándose ambos en la forma de un gran Mercado, pensar no puede ser entendido, de ningún modo, como una estrategia de legitimación de las razones de este Mercado, sino como pasión por el Afuera, como indisciplina.
E.V.A: Cuando el filósofo entra en cuestiones metafísicas relacionadas con los conceptos de materia y forma en el campo del artista y así obtener respuestas, eso lo hace desarrollar cierto grado de enamoramiento... ¿Es posible que una mente racional se inspire en la mirada del artista para ir más allá?
APT: En la experiencia amorosa idealizada, por ejemplo en la obra de G. Klimt, El Beso, de acuerdo con esta voluntad de vida, se establece una metafísica del amor, en la que se expone con realismo y minuciosidad, el modo cómo la atracción amorosa responde a la complementariedad de las cualidades que, engañosamente, parecen una mera cuestión de gusto. Pero la elección depende verdaderamente del auténtico fin del amor. Schopenhauer en el mundo como voluntad y representación concluirá con un refrán español: Quien se casa por amores ha de vivir de dolores.
E.V.A: Desde tu punto de vista como filósofo y adentrado en cuestiones del arte, ¿qué significa tener un acercamiento artístico con la realidad?
E.V.A: El artista, una vez expuesto ante la mirada del Otro a través de su obra, e intenta fungir como turista mercantil de la misma, explicando los procesos creativos y las claves de su inspiración, ¿acaso es como si estuviera usurpando el lugar que le corresponde al filósofo del arte, alejándose de él mismo al invadir un campo de acción que corresponde al de la investigación?
E.V.A: La teoría Hegeliana dice que el hombre debe ser "completo y pensador supremo", formar una triada entre Dios, él mismo como sujeto, y al mismo tiempo, reconocerse en la totalidad «lo uno y lo otro». Contemplar como hombres completos el Universo que cada quien lleva en su consciencia y juzgar como "pensadores" la forma y el contenido desde la experiencia propia. ¿Es posible que filósofo y artista sean una misma unidad y al mismo tiempo caminar por senderos yuxtapuestos en beneficio de una apercepción y aprehensión, así tener un encuentro entre intelecto e instinto, ser: «lo uno y lo otro» sin dejar de ser al mismo tiempo, ni lo uno o lo otro?
E.V.A: En la horizontalidad velada de tus pinturas se aprecia una fisura; mezcla de ambigüedad e idea rota, de materiales reciclados y pensamientos indefinidos… ¿Haces de tu obra un análisis de búsqueda interna creando rupturas a la vez que desarrollas nuevas formas de espacio y tiempo?
E.V.A: El lenguaje plástico empleado, ¿es una manera de poseer la soledad desde el silencio que habla con mesura (enfatizando las palabras), a la vez que manifiestas una pulsión de muerte como algo negativo?
E.V.A: En la conocida inseparabilidad Forma-Contenido, ¿qué punto de partida tienes como artista y filósofo cuando plasmas tus ideas?
E.V.A: "Una pintura tiene varios modos de existencia, a saber: la existencia física, la existencia artística, la existencia fenomenológica y la existencia estética”, nos dice Gilson. ¿Por qué habría de tener la existencia ninguna necesidad de la filosofía?
E.V.A: Para finalizar, te invito a hacer un ejercicio lúdico: Estas en una habitación pequeña, sin iluminación, ni ventanas o puerta alguna (es un misterio cómo llegaste ahí), el ambiente es irrespirable y la oscuridad invade cada poro de tu pensamiento. En una esquina se asoma un guacal que bien puede servir de mesa o taburete. Sobre él, hay una vela, trozos de carbón, cerillas, papel y una jarra. Tu mirada ya se ha acostumbrado a la oscuridad, en el lado opuesto de la habitación, hay un pequeño agujero tapado con una bola. Ese pequeño orificio es la única opción que tienes para hacer que entre aire, ¿qué harías para sobrevivir?
Rosa Matilde Jiménez Cortés: Igualmente Alberto. La respuesta estaba en ti, en tus desechos líquidos y ese contener[se] dentro de un recipiente.
“Entre Tú y Yo”: Alberto Pousa Torres (España)
EntreVistArtista: ¿Existe una relación de matrimonio entre el filósofo y el artista al momento de verse uno ante el otro, en el espejo que separa la mirada fría de lo racional y el goce del instinto plasmado?
Alberto Pousa: En su deseo de ser piel roja, Miguel Morey nos convence de que el artista, el escritor, es un trampero de las imágenes de la fascinación: es alguien que busca huir de la impostura de su memoria cautiva, es alguien que quiere hacer memorable lo que huye, y cautivarnos. El envite de Nietzsche es precisamente que la muerte de Dios, esa mirada fría de la que nos hablas, no implica obligadamente la desaparición de esas potencias eternizarte (como el arte, el mito o la religión), que son las que encofran esas experiencias que nos permiten acceder a ese uno mismo racional, a manos de una historia omnívora y corrosiva, entendida como único sistema de auto inteligibilidad última para el hombre moderno.
E.V.A: ¿Qué tan cercana es la relación entre arte y filosofía, y en qué momento dicha aproximación puede convertirse en un punto conflictivo, derive en tergiversaciones existenciales si no se repara oportunamente en aquellas fisuras (he de suponer), cuando se ha pasado mucho tiempo una en el espacio de la otra?
APT: Ahora, y perdona que insista en Nietzsche, tal vez nos corresponda no tanto afanarnos en seguir " pensando con justeza", como en tratar de "sentir con justeza", esa fisura que existe cuando se ha pasado mucho tiempo una en el espacio de la otra. Se trata pues de volver, a mi entender, de aprender el difícil arte del sentimiento justo.
E.V.A: Si el artista ve y el filósofo piensa, ¿eso quiere decir que el primero solamente hace uso de su instinto al momento de crear, mientras que el segundo razona desprovisto de emociones o sentimientos?
APT: Se afirma que, hoy, cuando el orden de las cosas se halla disciplinado por una razón técnica, esa que el artista ve y el filósofo piensa, abrazándose ambos en la forma de un gran Mercado, pensar no puede ser entendido, de ningún modo, como una estrategia de legitimación de las razones de este Mercado, sino como pasión por el Afuera, como indisciplina.
E.V.A: Cuando el filósofo entra en cuestiones metafísicas relacionadas con los conceptos de materia y forma en el campo del artista y así obtener respuestas, eso lo hace desarrollar cierto grado de enamoramiento... ¿Es posible que una mente racional se inspire en la mirada del artista para ir más allá?
APT: En la experiencia amorosa idealizada, por ejemplo en la obra de G. Klimt, El Beso, de acuerdo con esta voluntad de vida, se establece una metafísica del amor, en la que se expone con realismo y minuciosidad, el modo cómo la atracción amorosa responde a la complementariedad de las cualidades que, engañosamente, parecen una mera cuestión de gusto. Pero la elección depende verdaderamente del auténtico fin del amor. Schopenhauer en el mundo como voluntad y representación concluirá con un refrán español: Quien se casa por amores ha de vivir de dolores.
E.V.A: Desde tu punto de vista como filósofo y adentrado en cuestiones del arte, ¿qué significa tener un acercamiento artístico con la realidad?
APT: Primeramente decirte que no me considero un filósofo. Es más, no soy filósofo, ni tampoco artista. Soy un ser como otro cualquiera, un pensador carente y desgarrado. El artista supera su propia individualidad, convirtiéndose en sujeto puro de conocimiento, cuando, abandonando su particular principio de individuación, se convierte en espejo de voluntad universal. Suprimiéndose como fenómeno, el artista se enfrenta al mundo como contemplador universal. El artista se sitúa, por tanto, fuera del espacio y del tiempo, transformado en pura contemplación, sin voluntad propia. Es artista, pues aquel que no actúa por sí, sino por la voluntad. Pero tal superación es patrimonio de muy pocos hombres. La inmensa mayoría no logra superar su propio principio de razón, siendo por ello incapaces de situarse en el punto de vista de una objetividad verdadera.
E.V.A: El artista, una vez expuesto ante la mirada del Otro a través de su obra, e intenta fungir como turista mercantil de la misma, explicando los procesos creativos y las claves de su inspiración, ¿acaso es como si estuviera usurpando el lugar que le corresponde al filósofo del arte, alejándose de él mismo al invadir un campo de acción que corresponde al de la investigación?
APT: Así como la voluntad se objetiva en diversos grados, expresados como Ideas cada arte tendrá por objeto hacer intuitivas las Ideas de cada grado de objetivación de la voluntad. La pintura por ejemplo hace intuitivos grados más altos de objetivación de la voluntad, puesto que desvela los afectos, las pasiones, el carácter y las actitudes. Por tanto, la Idea concebida por el artista se aproxima más a la esencia activa de la voluntad, con lo cual su valor estético es superior. En efecto, paulatinamente a lo largo del siglo XIX, el arte se fue independizando de pretensiones puramente formales para convertirse, con técnicas diversas, en expresión de cualidades o potencialidades esenciales de la realidad, no directamente aprehensibles en la concreción de las cosas. Ello llevó al arte a prescindir de lo anecdótico y visible para remontarse a dimensiones no directamente aprehensibles. En este sentido, Schopenhauer parece facilitar una concepción estética auténticamente expresionista, si bien no esté en él totalmente tematizada. Nietzsche continuará sus sugerencias, por una parte; Heidegger, por otra; pero la deuda con Schopenhauer de ambos me parece indudable. Con su estética Schopenhauer ha continuado la tradición irracionalista que desde Schiller y Schelling se fue gestando en la filosofía alemana del siglo XIX.
E.V.A: La teoría Hegeliana dice que el hombre debe ser "completo y pensador supremo", formar una triada entre Dios, él mismo como sujeto, y al mismo tiempo, reconocerse en la totalidad «lo uno y lo otro». Contemplar como hombres completos el Universo que cada quien lleva en su consciencia y juzgar como "pensadores" la forma y el contenido desde la experiencia propia. ¿Es posible que filósofo y artista sean una misma unidad y al mismo tiempo caminar por senderos yuxtapuestos en beneficio de una apercepción y aprehensión, así tener un encuentro entre intelecto e instinto, ser: «lo uno y lo otro» sin dejar de ser al mismo tiempo, ni lo uno o lo otro?
APT: El artista o el filósofo, a su vez, desde su genialidad, será aquel que es capaz de superar el principio de individuación de las cosas no preguntándose ya dónde, cuándo, por qué y para qué existen, sino únicamente lo que las cosas son. Él verá en ellas sólo la manifestación de una Idea, la idea de su grado. Las cosas pierden, pues, su anecdótica presencia de singularidades individuales para pasar a ser la representación de formas o cualidades permanentes y universales. El artista o filósofo las contempla como la voluntad misma.
E.V.A: En la horizontalidad velada de tus pinturas se aprecia una fisura; mezcla de ambigüedad e idea rota, de materiales reciclados y pensamientos indefinidos… ¿Haces de tu obra un análisis de búsqueda interna creando rupturas a la vez que desarrollas nuevas formas de espacio y tiempo?
APT: Esta economía del Eros o pulsión de vida que mencionas, efectivamente tiende a constituir y mantener unificaciones cada vez más amplias y ricas: se rige pues, por el principio de vinculación, que trata de lograr nuevas síntesis y uniones entre elementos y objetos. Por tanto, las pulsiones auto conservadoras, en cuanto que están al servicio de la creatividad vital, se integran también en el Eros junto con las sexuales, y el yo se encuentra traspasado de libido, convertida ahora en energía del Eros, de Dionisio o del "liberador".
E.V.A: El lenguaje plástico empleado, ¿es una manera de poseer la soledad desde el silencio que habla con mesura (enfatizando las palabras), a la vez que manifiestas una pulsión de muerte como algo negativo?
APT: Esta pulsión de muerte, opuesta a la de la vida que intento representar, tiende más bien a desunir y a conducir regresivamente al ser vivo hasta su anterior estado inorgánico, reduciendo toda tensión a cero. No pretendo, sino todo lo contrario, representar ésta pulsión de muerte como algo negativo, como lo es el odio respecto al amor, una especie de límite de la pulsión de vida, que se vale de la energía de ésta con algún tipo de "intencionalidad" destructora, poniendo la vida y el amor al servicio de la muerte y la agresividad, en vez de poner la agresividad y la muerte al servicio del amor y la vida.
E.V.A: En la conocida inseparabilidad Forma-Contenido, ¿qué punto de partida tienes como artista y filósofo cuando plasmas tus ideas?
APT: Tiene como punto de partida más bien ese conflicto que aparece en la conciencia, por ejemplo, a la hora de elegir o de decidirme a una acción, cuando, por una parte, algo me gusta o veo en ello un valor positivo y, por otra parte, me disgusta, y veo en ello un valor negativo o va contra alguno de mis principios estético, ético o religioso.
E.V.A: "Una pintura tiene varios modos de existencia, a saber: la existencia física, la existencia artística, la existencia fenomenológica y la existencia estética”, nos dice Gilson. ¿Por qué habría de tener la existencia ninguna necesidad de la filosofía?
APT: Este planteamiento me recuerda la máxima de mi antiguo profesor de metafísica, un objeto presente todavía hoy en mi memoria: ¡Amigos! Con la filosofía se pierde la Razón y con la Teología la Fe. Ahora bien. ¿Qué es una y otra cosa? Resumiendo las palabras de Santo Tomás, la fe puede ser considerada como acto, como hábito y como contenido objetivo. La fe en cuanto acto se define como asentimiento con cogitación y también, de modo más completo, como acto del entendimiento que asiente a la verdad divina por el imperio de la voluntad, que es movida por Dios, mediante la gracia. Y se me ocurre preguntar y ¿Qué es Dios? ¿ Qué la gracia?. El amor nos dice Félix Duque se desangra sin cesar sobre el mundo: crea futuro, espacios para los encuentros del azar. Más el tiempo corre a redropelo, devuelve esa sangre al macizo divino. La reintegración es, así, a la vez imposible como redención y siempre presente como sangría. Tal vez es la característica de la Creación: en ella no se da la caída, sino que ella es la caída... ¿Qué significa la caída? Si es la unidad hecha dualidad, entonces es Dios el que ha caído. En otras palabras: ¿no sería la creación la caída de Dios? Participar en el amor divino es entonces ser partícipe de la caída. Fin de la metafísica. Perdona, Rosa que insista en este punto pero creo que es una de las mejores miradas de la historia de la filosofía que se han hecho hasta ahora.
E.V.A: Para finalizar, te invito a hacer un ejercicio lúdico: Estas en una habitación pequeña, sin iluminación, ni ventanas o puerta alguna (es un misterio cómo llegaste ahí), el ambiente es irrespirable y la oscuridad invade cada poro de tu pensamiento. En una esquina se asoma un guacal que bien puede servir de mesa o taburete. Sobre él, hay una vela, trozos de carbón, cerillas, papel y una jarra. Tu mirada ya se ha acostumbrado a la oscuridad, en el lado opuesto de la habitación, hay un pequeño agujero tapado con una bola. Ese pequeño orificio es la única opción que tienes para hacer que entre aire, ¿qué harías para sobrevivir?
Alberto Pousa Torres: Creo que la respuesta del ejercicio lúdico está precisamente en el misterio de haber llegado hasta esa habitación. Ahí está la salida y explicación del problema. Una misma cosa está en nosotros cuando vivimos o estamos muertos, despiertos o dormidos, jóvenes o viejos, porque estas cosas, dándole una vuelta, son aquéllas, dándose otro giro, son éstas. Gracias Rosa, ha sido un placer.
Rosa Matilde Jiménez Cortés: Igualmente Alberto. La respuesta estaba en ti, en tus desechos líquidos y ese contener[se] dentro de un recipiente.
Enlaces a publicaciones de Alberto Pousa Torres:
Textos: http://lacomunidad.elpais.com/usuarios/hegel1
[Entrevista efectuada el día 7 de mayo de 2009 (vía Internet) / Colaboró para EntreVistArtista (EVA) Alberto Pousa Torres / Fotografía de portada: material tomado en el "face book" de Pousa Torres / EntreVistArtista (EVA) es un proyecto independiente de Rosa Matilde Jiménez Cortés. H. Córdoba, Veracruz; México].